En los últimos nueve meses, hemos asistido a diez nuevos accidentes laborales mortales en la provincia de Málaga.Nos apenamos y solidarizamos tanto con las víctimas como con sus familias.Las cifras nos indican que en Andalucía, el número de accidentes laborales mortales han sido de 40, rebajando losdatos alcanzados en el mismo periodo en el año anterior. Pero hemos de tener en cuenta que si hay menos personastrabajando es lógico pensar que sean menos los accidentes que se produzcan. Las mismas cifras nos indican que en laprovincia de Málaga, en vez de reducirse el número de accidentes laborales, han aumentado de 8 a 10. Ellos han perdido la vida mientras trabajaban precisamente para ganársela,…
¡¡EL TRABAJO ES PARA LA VIDA: NI UN MUERTO
MÁS!!
Ante los sucesos de siniestralidad laboral, la
HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica), desde su misión
eclesial en la PASTORAL OBRERA, queremos expresar nuestro dolor
y solidaridad con losfamiliares, amigos y compañeros de estos trabajadores y
manifestar ante la opinión pública lo siguiente:
El trabajo constituye una de las dimensiones
fundamentales de la persona humana, tal y como señala elmagisterio de la
Iglesia. El trabajo se convierte en un deber para colaborar con otros en la
consecución delbien común y por ello mismo es un derecho de toda persona.
Todo trabajador merece un salario digno por el
trabajo realizado, pero además, tal y como afirma la LaborenExcersen nº 19
“entre los derechos hay que tener siempre presente el derecho a ambientes de
trabajo y aprocesos productivos que no comporten perjuicio a la salud física de
los trabajadores y no dañen su integridad.
Los/as trabajadores/as tenemos la
responsabilidad de velar por nuestra seguridad, cumpliendo las normasde
prevención de riesgos laborales y reivindicando junto a nuestros/as
compañeros/as que las empresasgaranticen el cumplimiento de la ley en esta
materia. Pero creemos que el problema de los accidenteslaborales no es sólo
responsabilidad de los implicados en el ámbito laboral, sino que es una realidad
que exige el compromiso de toda la sociedad (administraciones,
empresarios, trabajadores, sindicatos, partidos políticos, asociaciones…) ya que
es un problema social y político con unas causas y unos responsables.
Especialmente en estos momentos de crisis, las
causas y las responsabilidades se agravan al continuarconsiderándose la persona
como mercancía al servicio del interés económico y no como el centro por el
quehay que tomar decisiones y al que hay que proteger.
Para nosotros como cristianos/as y para toda la
Iglesia Católica, como se afirma en multitud de textos de la Doctrina Social de
la Iglesia es un deber “recordar siempre la dignidad y los derechos de los
trabajadores, denunciar las situaciones en las que se violan dichos derechos, y
contribuir a orientar los cambios sociales para que se realice un auténtico
progreso de la ’persona’ y la sociedad” (Laborem exercens, n. 1d). De igual
forma, recientemente nos ha recordado Benedicto XVI, que la Iglesia
impulsa todo esfuerzo por garantizar un trabajo seguro, digno y
estable, por lo que “hay que cumplir todos los esfuerzos para que se
detenga la cadena de muertes e incidentes en los lugares de trabajo”. No hemos
de olvidar que el verdadero valor del trabajo, no está en su rentabilidad
económica, sino en la persona que lo realiza. Dios
quiere que el trabajo sea para la vida, y no al contrario. La persona, cualquier
persona, es el centro de la actividad económica y no los intereses del
capital.
Desde aquí y con nuestro compromiso diario,
queremos sacar a la luz pública a las personas que mueren en accidentes de
trabajo: queremos hacer visible esta realidad de sufrimiento.
Es importante que en la opinión pública y en los medios de comunicación exista
una mayor preocupación y sensibilidad ante las siniestralidad y la salud
laboral. También entre los mismos trabajadores.
Por ello, entre todos hemos de contribuir a presentar la siniestralidad laboral, no como un problema individual fruto de la dejación del trabajador o del azar, sino como una realidad injusta y muchas veces evitable, ante la que nadie debe mantenerse al margen.
Por ello, entre todos hemos de contribuir a presentar la siniestralidad laboral, no como un problema individual fruto de la dejación del trabajador o del azar, sino como una realidad injusta y muchas veces evitable, ante la que nadie debe mantenerse al margen.
¡¡¡ EL
TRABAJO ES PARA LA VIDA: NI UN MUERTO MÁS!!!
Málaga a 31 de octubre de 2013
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